lunes, 25 de mayo de 2015

LA COMPENSACIÓN

La fidelidad y la traducción oblicua

Hay casos complicados de traducción en que es difícil encontrar una correspondencia adecuada y precisa, donde el traductor se excusa de diversas formas. Pero esto sólo tendría justificación para él a cuyo alcance no han llegado los métodos ni principios de la traductología aplicada.

La finalidad que nos hemos propuesto, es demostrar que la traducción oblicua es posible, y la única que puede lograr la fidelidad.

La teoría de la compensación, se nutre precisamente en dos hechos o problemas: la dificultad de encontrar la equivalencia acertada y natural, y la pérdida de contenido o matices que sufre una versión.


Las nociones de ganancia y pérdida semántica

A parte del traslado de elementos semánticos de una unidad de traducción a otra, se han descrito otros hechos estilísticos, que en ciertos casos tiene mayor densidad sémica en ingles y pierden cierta expresividad en español.


La compensación de elementos de contenido

En esta perspectiva, toda “pérdida de significado” que se produzca en un segmento o unidad de traducción debe compensarse en otro punto del texto, de ahí el nombre de compensación.

La compensación es un procedimiento desconocido entre los traductores practicones, y apenas lo empiezan a estudiar los lingüistas. Sin embargo lo consideramos de enorme importancia, puesto que penetra todos los aspectos de la disciplina, todos los niveles lingüísticos, el plano de la situación y el metalingüístico, y casi todos los demás procedimientos que hemos visto hasta ahora, contribuyen al equilibrio del mensaje.

Hay ciertos rasgos semánticos que se encuentran discontinuos en varios monemas y que pueden recogerse en un solo o en menor número de ellos, y hay rasgos semánticos concentrados en uno o pocos monemas que deben sujetarse a una distribución analítica, según que las deficiencias provengan de la lengua de la cual se traduce o de la lengua destinataria.


Los parámetros de la situación y la metalingüística

En la traducción oblicua o dinámica toda la estructura semántica puede alterarse tan profundamente que a veces es difícil determinar la forma exacta en que se relacionan los segmentos correspondientes. 

La “medida” capaz de y la única segura de conseguir el equilibrio es la “situación” en que se desenvuelve el mensaje en ambas lenguas.

La “situación” y la “metalingüística” son parámetros que presentan una función especial de servir de pauta para no recargar el contenido de la misma unidad, y para compensar en otros sectores, o repartir la densidad en una elocución equilibrada.
Lo que persigue la compensación es producir el equilibrio más apropiado de la carga o densidad informativa total.
Las dos lenguas tienen sus propiedades, ya sea la concentración, rapidez… pero las precisiones de esas características no coinciden. Si existe una teoría de que las lenguas difieren más en los niveles más cercanos a la estructura lineal, este principio tiene su aplicación innegable en este nivel de la traducción.

Además de la compensación adviértase la ganancia estilística son el paso de la construcción paratáctica a la hipotáctica. Sin la vinculación de las frases ni el desplazamiento de un rasgo semántico, la versión perdería su cohesión; el resultado sería demasiado flojo.


La equivalencia estilística: compensación de tonalidad, intensidad y matices

Hay otros rasgos estilísticos que se compensan en un nivel más elevado de la traducción, esto es, en la “reelaboración estilística”. Nos referimos a los rasgos de tonalidad e intensidad y de otros diversos matices y resonancias, de los cuales se debe preocupar el traductor una vez superado el problema de la compensación de contenido.

Así, una de las condiciones básicas de la traducción – equivalencia estilística. Esta consiste en comunicar a la versión el mismo tono y matices del texto original.

No hay comentarios:

Publicar un comentario