martes, 26 de mayo de 2015

EL TRADUCTOR INFORMATIZADO

¿Una nueva profesión o una necesidad?

El perfil del nuevo traductor ¿Existe realmente un perfil de traductor profesional? La respuesta es en principio no, aunque caben algunas matizaciones. La observación del mundo que nos rodea en cuanto a criterios de contratación de las agencias de traducción, la política seguida en algunas editoriales y empresas, Entrando en materia, digamos que al menos existe un cierto acuerdo a la hora de identificar una serie de requisitos o subcompetencias ideales que conformarían la competencia traductora.
Nuestro propósito es ver y discutir en qué medida se cumplen o se prepara a los futuros traductores para ello. Estas subcompetencias son:

 1. Subcompetencia lingüística o dominio de las lenguas con las que se trabaja en todos sus niveles (morfológico, gramatical, sintáctico, lexicológico, terminológico y fraseológico) que implica un conocimiento tanto de las diferencias como de las similitudes en cuanto a los sistemas lingüísticos de ambas lenguas y su uso particular.

2. Subcompetencia comunicativa y cultural en ambas lenguas que le permita comprender y reproducir textos idiomáticos en la lengua meta (LM) gracias a su conocimiento de la historia, entorno sociocultural y esquemas conceptuales de la comunidad de origen y de la comunidad meta.

3. Subcompetencia textual que le permita comprender la naturaleza del texto al reconocer los principios organizadores y los esquemas formales y textuales característicos del texto de origen (TO) y del texto meta (TM) tales como los mecanismos de coherencia y cohesión que componen los textos, su estructura retórica o determinadas características que poseen los diferentes tipos de texto (argumentativos, instructivos, expositivos, etc.) y que deben observarse para dotar a los TM de la flexibilidad necesaria.

 4. Subcompetencia heurística o conocimiento de los útiles con los que cuenta el traductor (en soporte de papel, informáticos, entrevistas con expertos, etc.) y de los recursos de documentación apropiados (temática/sociocultural/terminológi ca) así como su uso para garantizar calidad y tiempo. Dado que éste será el punto en el que centraremos nuestra atención principalmente, déjenme decir de antemano que según algunos expertos (Honing 1989: 126, cif. Corpas 2000) el tiempo real dedicado a estas labores es de alrededor de un 80%.

5. Subcompetencia "translativa" o capacidad para pasar un texto de la LO a un texto de la LM sin Interferencias y de acuerdo con el escopo -naturaleza, característicasdel encargo, siguiendo la teoría de Nord (1991). Ello implica detectar los problemas traductológicos que presenta el TO, adelantar posibles soluciones y, finalmente, tomar una solución concreta a partir de losdatos inferidos del resto de las subcompetencias.

6. Subcompetencia profesional o conocimiento del entorno laboral y del funcionamiento del mercado de trabajo, de las tarifas oficiales, expedición de facturas, firma de contrato, seriedad y puntualidad en la entrega del encargo, etc.

Una vez mencionados los diferentes requisitos o subcompetencias que debe poseer el traductor vemos que las dos primeras (subcompetencia lingüística y subcompetencia comunicativa y cultural) -incluso la tercera (subcompetencia textual)- se dan también en el hablante bilingüe, mientras que el resto son propias de los traductores profesionales. Quiere ello decir que el ser bilingüe no necesariamente implica ser un buen profesional de la traducción.
Sin que haya un comunicado general parece que existe cierta coincidencia entre las agencias de traducción a la hora de describir al traductor ideal: el traductor ideal debería contar -o al menos tener en mente incorporar- en su curriculum información relativa a:

Formación básica:

·         Dominio de los idiomas en cuestión.
·         Conocimiento de aspectos culturales propios.
·         Conocimiento de técnicas y metodologías de traducción y gestión terminológica.
·    Conocimiento de herramientas informáticas básicas tales como el tratamiento básico de textos e Internet.

Formación complementaria:

Dedicada fundamentalmente a conocimiento de herramientas informatizadas de traducción que podría especificarse del siguiente modo:
·         Familiaridad con sistemas de memorias de traducción (TRADOS Workbench; IBM Translation Manager Déjà-Vu, Star Transit, etc.).
·         Conocimientos sobre traducción asistida por ordenador y traducción automática.
·        Conocimientos sobre la investigación y herramientas terminológicas (TRADOS Multitier, Atril TermWatch o STARTermStar)
·        Experiencia con herramientas de usuario informático, por ejemplo conocimiento de los distintos formatos de archivos empleados habitualmente (RTF, FrameMaker; Java; HTML; XML y otros) y de tratamiento avanzado de textos.
·        Conocimiento de programas de localización o de herramientas especializadas que faciliten ese proceso de adaptación de un producto para satisfacer los requisitos idiomáticos, culturales y de otro tipo aplicables a un entorno o mercado de destino específico (LISA, Localization Industry  Standards  Associations), e incluso
·        Conocimientos de maquetación y autoedición (Microsoft Word; Microsoft Powerpoint, Adobe FrameMaker, Adobe PageMaker, QuarkXpress, etc.) o conocimientos de programas de localización muy específicos como es, por ejemplo, Corel Catalyst, que permite traducir las interfaces gráficas de usuario de los programas informáticos.
Y a todo ello hay que añadir: -Flexibilidad para trabajar en varios campos técnicos.
·         Capacidad para trabajar en equipo y a través de la red (por cuestiones de rapidez, y/o eficacia en muchos casos, pero también por lo costosos que son algunos de estos programas informáticos).
·        Capacidad de adaptación y de incorporación de nuevos recursos que le permitan ver los cambios como un reto, no como una amenaza. -Resistencia a la presión de plazos.

El mediador lingüístico y la tecnología: la formación del nuevo traductor especializado


El incremento de los intercambios internacionales en todos los campos, pero sobre todo en el comercial y el tecnológico, exige que el proceso de la traducción sea cada vez más rápido y preciso. El traductor tiene que trabajar en equipos coordinados por agencias de traducción y compartir recursos como bases de datos y memorias de traducción. Esto supone que debe compartir criterios tipográficos, terminológicos y estilísticos exigidos por los distintos sectores o por la agencia misma. Es importante que el traductor comprenda la razón de ser de estos criterios y que pueda enriquecer al grupo con sus aportaciones, porque eso es beneficioso para preservar la coherencia de su sistema lingüístico y para los receptores. En el mundo de la traducción especializada el traductor se aparta de la actividad de re-creación de un texto a modo de un segundo autor y se acerca más a la idea de un comunicador. Las nuevas tecnologías representan una herramienta indispensable en este proceso.

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