¿Una nueva profesión o una necesidad?
El perfil del
nuevo traductor ¿Existe realmente un perfil de traductor profesional? La
respuesta es en principio no, aunque caben algunas matizaciones. La observación
del mundo que nos rodea en cuanto a criterios de contratación de las agencias
de traducción, la política seguida en algunas editoriales y empresas, Entrando
en materia, digamos que al menos existe un cierto acuerdo a la hora de
identificar una serie de requisitos o subcompetencias ideales que conformarían
la competencia traductora.
Nuestro
propósito es ver y discutir en qué medida se cumplen o se prepara a los futuros
traductores para ello. Estas subcompetencias son:

2.
Subcompetencia comunicativa y cultural en ambas lenguas que le permita
comprender y reproducir textos idiomáticos en la lengua meta (LM) gracias a su
conocimiento de la historia, entorno sociocultural y esquemas conceptuales de
la comunidad de origen y de la comunidad meta.
3.
Subcompetencia textual que le permita comprender la naturaleza del texto al
reconocer los principios organizadores y los esquemas formales y textuales
característicos del texto de origen (TO) y del texto meta (TM) tales como los
mecanismos de coherencia y cohesión que componen los textos, su estructura
retórica o determinadas características que poseen los diferentes tipos de
texto (argumentativos, instructivos, expositivos, etc.) y que deben observarse
para dotar a los TM de la flexibilidad necesaria.
4. Subcompetencia heurística o conocimiento de
los útiles con los que cuenta el traductor (en soporte de papel, informáticos,
entrevistas con expertos, etc.) y de los recursos de documentación apropiados
(temática/sociocultural/terminológi ca) así como su uso para garantizar calidad
y tiempo. Dado que éste será el punto en el que centraremos nuestra atención
principalmente, déjenme decir de antemano que según algunos expertos (Honing
1989: 126, cif. Corpas 2000) el tiempo real dedicado a estas labores es de
alrededor de un 80%.
5.
Subcompetencia "translativa" o capacidad para pasar un texto de la LO
a un texto de la LM sin Interferencias y de acuerdo con el escopo -naturaleza,
característicasdel encargo, siguiendo la teoría de Nord (1991). Ello implica
detectar los problemas traductológicos que presenta el TO, adelantar posibles
soluciones y, finalmente, tomar una solución concreta a partir de losdatos
inferidos del resto de las subcompetencias.
6.
Subcompetencia profesional o conocimiento del entorno laboral y del
funcionamiento del mercado de trabajo, de las tarifas oficiales, expedición de
facturas, firma de contrato, seriedad y puntualidad en la entrega del encargo,
etc.
Una vez mencionados
los diferentes requisitos o subcompetencias que debe poseer el traductor vemos
que las dos primeras (subcompetencia lingüística y subcompetencia comunicativa
y cultural) -incluso la tercera (subcompetencia textual)- se dan también en el
hablante bilingüe, mientras que el resto son propias de los traductores
profesionales. Quiere ello decir que el ser bilingüe no necesariamente implica
ser un buen profesional de la traducción.
Sin que haya un
comunicado general parece que existe cierta coincidencia entre las agencias de
traducción a la hora de describir al traductor ideal: el traductor ideal
debería contar -o al menos tener en mente incorporar- en su curriculum
información relativa a:
Formación básica:
·
Dominio de los idiomas en
cuestión.
·
Conocimiento de aspectos
culturales propios.
·
Conocimiento de técnicas y
metodologías de traducción y gestión terminológica.
· Conocimiento de herramientas
informáticas básicas tales como el tratamiento básico de textos e Internet.
Formación complementaria:
Dedicada
fundamentalmente a conocimiento de herramientas informatizadas de traducción
que podría especificarse del siguiente modo:
·
Familiaridad con sistemas de
memorias de traducción (TRADOS Workbench; IBM Translation Manager Déjà-Vu, Star
Transit, etc.).
·
Conocimientos sobre traducción
asistida por ordenador y traducción automática.
·
Conocimientos sobre la
investigación y herramientas terminológicas (TRADOS Multitier, Atril
TermWatch o STARTermStar)
·
Experiencia con herramientas de
usuario informático, por ejemplo conocimiento de los distintos formatos de
archivos empleados habitualmente (RTF, FrameMaker; Java; HTML; XML y otros) y
de tratamiento avanzado de textos.
·
Conocimiento de programas de
localización o de herramientas especializadas que faciliten ese proceso de
adaptación de un producto para satisfacer los requisitos idiomáticos,
culturales y de otro tipo aplicables a un entorno o mercado de destino
específico (LISA, Localization
Industry Standards Associations), e
incluso
·
Conocimientos de maquetación y
autoedición (Microsoft Word; Microsoft Powerpoint, Adobe FrameMaker, Adobe
PageMaker, QuarkXpress, etc.) o conocimientos de programas de localización muy
específicos como es, por ejemplo, Corel Catalyst, que permite traducir las
interfaces gráficas de usuario de los programas informáticos.
Y a todo ello
hay que añadir: -Flexibilidad para trabajar en varios campos técnicos.
·
Capacidad para trabajar en
equipo y a través de la red (por cuestiones de rapidez, y/o eficacia en muchos
casos, pero también por lo costosos que son algunos de estos programas
informáticos).
·
Capacidad de adaptación y de
incorporación de nuevos recursos que le permitan ver los cambios como un reto,
no como una amenaza. -Resistencia a la presión de plazos.
El mediador lingüístico y la tecnología: la formación del nuevo traductor especializado
El incremento de
los intercambios internacionales en todos los campos, pero sobre todo en el
comercial y el tecnológico, exige que el proceso de la traducción sea cada vez
más rápido y preciso. El traductor tiene que trabajar en equipos coordinados
por agencias de traducción y compartir recursos como bases de datos y memorias
de traducción. Esto supone que debe compartir criterios tipográficos,
terminológicos y estilísticos exigidos por los distintos sectores o por la
agencia misma. Es importante que el traductor comprenda la razón de ser de
estos criterios y que pueda enriquecer al grupo con sus aportaciones, porque
eso es beneficioso para preservar la coherencia de su sistema lingüístico y
para los receptores. En el mundo de la traducción especializada el traductor se
aparta de la actividad de re-creación de un texto a modo de un segundo autor y
se acerca más a la idea de un comunicador. Las nuevas tecnologías representan
una herramienta indispensable en este proceso.